Lecciones de esgrima básica I

Hoy vamos a hablar sobre las diferencias entre las tres armas o modalidades de la esgrima. Como todos habéis oído hablar existen tres posibles armas para la practica de nuestro deporte: el florete, la espada y el sable.

Florete: Es el arma de iniciación, se llama así porque todos lo esgrimistas durante su primer año tienen que practicar esta modalidad. Esto es debido a que tiene un peso bastante bajo y una zona reducida de blanco que obliga al alumno a adquirir cierta precisión. El florete se caracteriza por tener la zona de tocado más pequeña de toda la esgrima (solo vale el tronco tanto por delante como por detrás) y por ser un arma de convención. La convención para quien no la conozca es un sistema de prioridades, por el cual si existe un tocado doble (se encienden las dos luces), se asigna el punto o el tocado solo a uno de los dos participantes.

Espada: Es el arma más practicada. Su peso es mayor que el del florete, y su zona de blanco abarca todo el cuerpo, desde la punta de las zapatillas hasta la máscara. Su filo tiene una base triangular y es mucho más rígido que el florete. Uno de los rasgos que más saltan a la vista para diferenciar la espada del florete es la cazoleta, la cual es mucho mayor en la espada que en el florete, debido a que tiene que proteger la mano.

Sable: Es el arma de caballería, aunque en estos momento se practique a pie. De las tres armas, es la que menos pesa, y su característica principal es que no solo vale tocar con la punta sino que también vale tocar con el filo y el contrafilo. Además, su superficie valida es desde la cintura hacia arriba, y al igual que el florete es un arma de convención.